MUDRAS Y NEUROPSICOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN
YOGA Y NEUROCIENCIAS
Toda la información que recibimos en la superficie de nuestro cuerpo es enviada a través de diferentes conexiones a la corteza cerebral. Este tipo de organización implica que la corteza cerebral se organiza a semejanza del cuerpo.
En la corteza sensorial primaria, diferentes poblaciones de neuronas se encargan de procesar la información sensorial que llega de diferentes partes de nuestro cuerpo. Si se dibuja un mapa de la región de la corteza que procesa esta información (lo que se conoce como una organización somatotópica de la corteza cerebral), se observa que las diferentes partes del cuerpo se representan de forma que no guardan las mismas proporciones que en el cuerpo.
Hay una gran desproporción, de manera que el tamaño del área cortical dedicada a una determinada región del cuerpo no obedece a su tamaño real, sino que depende de la importancia funcional de esta parte y de la necesidad de precisión en lo relativo a la sensibilidad de esa zona. Por ejemplo, el área cortical es más grande para aquellas regiones de nuestra piel que desempeñan una función crítica en la discriminación táctil, ya que necesitamos obtener de ellas una cantidad ingente de información sensorial de gran precisión que posibilite un control exacto de su movilidad. Aquellas regiones del cuerpo que tienen mayor sensibilidad tienen una mayor área o superficie de representación. A esta representación se le denomina homúnculo sensorial o de Penfield.
En los años treinta, Wilder Penfield llevó a cabo un análisis de la corteza de diferentes pacientes que iban a someterse a cirugía cerebral. Este neurocirujano descubrió que la región de la corteza que procesaba la información sensorial y la región que se encargaba de poner en marcha las órdenes motoras se organizaban de una forma topográfica como si se tratara de mapas. Lo que hizo Penfield fue registrar la actividad eléctrica que mostraba la corteza tras la estimulación mecánica de diferentes zonas del cuerpo. Asimismo, también estimuló eléctricamente diferentes zonas de la corteza somatosensorial y analizó las sensaciones táctiles que provocaba dicha estimulación en diferentes zonas del cuerpo.
Penfield y T. Rasmussen (1950). The Cerebral Cortex of Man. Nueva York: MacMillan. https://www.cambridge.org/core/journals/journal-of-mental-science/article/the-cerebral-cortex-of-man-by-w-penfield-and-t-rasmussen-new-york-the-macmillan-company-1950-pp-248-and-121-figures-price-48s-6d/BB9D2B598E058FC06630E086B158331B
Así, las manos son algo más que solo partes funcionales de nuestro cuerpo, son un mapa de energía de nuestra conciencia y salud. Cada área de la mano corresponde a cierta área del cuerpo, así como a diferentes emociones y comportamientos. Doblando, cruzando, estirando, y tocando nuestros dedos y palmas, podemos efectivamente comunicarnos con nuestro cuerpo y mente. La posición que adoptan las manos se llama mudra y es una técnica para dar mensajes claros al sistema cuerpo-mente.
Del mismo modo en que las letras son combinadas en multitud de formas para formar diferentes palabras, así los dedos pueden también construir diferentes mudras.
En sánscrito quiere decir “sello” o “anillo para sellar”, esta traducción es una descripción del movimiento invisible que resulta del gesto ya que, cuando unimos los dedos de la mano formamos una especie de anillo que permite concentrar la energía o hacer contacto con una energía en particular. Uniendo un dedo con otro hacemos contacto y cerramos un tipo especial de circuito que permite una cualidad de energía, una intención o una vibración en particular.
Para la cosmovisión oriental, cuando uno de los dedos, representan un elemento de la naturaleza, que al entrar en contacto con otro, se crea un balance. Los elementos básicos son: aire, agua, fuego, tierra y aakash (los espacios, el éter) se tienen que encontrar equilibrados para que el cuerpo funcione correctamente.
Dedo Pulgar: Fuego. Índice: Aire. Medio: Aakash. Anular: Tierra. Meñique: Agua
Y sobre todo, nos ayudan a encontrar nuestro centro, aumentan la concentración, la voluntad, el compromiso. Todo son bendiciones.
Bendiciones para ti. Namasté.
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4 Comments
Es impresionante donde nos lleva el mundo de las sensaciones sensoriales y táctiles alcanzando emociones a un nivel mas grande si sabemos aprovecharlo, namaste
A partir de hoy llevaré guantes para que no me lean el pensamiento. Realmente asombrosas las relaciones que se establecen entre las diferentes partes de nuestro cuerpo.
Nunca dejaremos de sorprendernos de la increíble sabiduría del cuerpo humano. Las manos son nuestras principales vías de percepción del mundo exterior y unas de las principales en establecer feed back con nuestro mundo interior. Es un equilibrio imprescindible y del cuál podemos aprender mucho. !Estamos a tiempo, Miguel¡
Namasté.
Sí, Jesús llevas razón, el cuerpo no es un mero autómata que depende del ordenador central, el cerebro; sino que hay una sinergia y una simbiosis más allá de lo que pensamos. Incluso es el cuerpo, en determinadas ocasiones, la que provocan una determinada emoción o pensamiento, como los gestos de la cara. Una sonrisa promueve pensamientos positivos, un cuerpo encorvado lleva a la tristeza, etc., etc.
Ya iremos escribiendo nuevos artículos para ir conociéndonos un poquito mejor, siempre de la mano de la evidencia científica.
Un abrazo,
Namasté