Este año lleno de cambios profundos, intenso, desafiante y complicado a todos los niveles, también ha sido un año de sorprendentes aprendizajes sobre nosotros y nosotras mismas, también de profunda conexión y unión.
Hay una tendencia generalizada a pensar o sentir que las cosas malas solo nos pasan a nosotros (que solo yo sufro en Ado Muka svanásana) y sin embargo, mirando un poco más allá, te darás cuenta de que las crisis suelen despertar el sentimiento de la compasión y de la empatía. Y eso nos une.
Siempre he creído en la hermosa leyenda del Hilo rojo, de cómo une a las personas que están destinadas a encontrarse. Un hilo rojo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un hilo rojo que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo rojo directo al corazón. Confío en esa inteligencia superior que hace que todo fluya tal y cómo tiene que suceder.
El hilo rojo simboliza las situaciones complicadas a las que nos enfrentamos. Enmarañado al principio, pero poco a poco los nudos se van deshaciendo, porque sin darnos cuenta vamos superando todos los obstáculos.
Para ayudarnos a fluir con los cambios, la adversidad y la vida, el yoga es una buena herramienta para sortear tormentas y atravesar crisis. La práctica de yoga te ayuda a ser el observador de las idas y venidas mentales sin hacerlas tuyas y desarrollar así la capacidad de cuestionar (te) desde la claridad, de actuar con integridad y de soltar lo que sea necesario. Eso sucede cuando somos capaces de ver más allá de ideas preconcebidas y predisposiciones arraigadas desde hace mucho tiempo. Y el ingrediente clave es la compasión.
En mi caso concreto, el Yoga me proporciona sensación de alivio porque me sitúa en el Presente, dónde el alcance de mi planificación es este mismo día, y solo te ocupas de lo que tienes delante en ese momento. Es mejor no apegarse demasiado a lo que no deja de cambiar. Porque lo único permanente es el cambio. Esa sí es una certeza.
Quiero cerrar el año diciéndote… ¡¡GRACIAS por estar ahí!!
Ha sido un honor que nos hayamos acompañado y que hayas confiado en mí para darte apoyo emocional y acompañamiento día a día.
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